GLOBALIZACIÓN
POLÍTICAS NEOLIBERALES
POLÍTICAS NEOLIBERALES
El neoliberalismo se aplicó en Latinoamérica, con fuerza, desde la segunda mitad de la década del '80. Paraguay entra en dicho proceso, en la primera mitad de la siguiente década, aplicando la mayor parte del recetario de las reformas de primera generación. En 1989 el dictador Stroessner se quedó sin la bendición de los norteamericanos, siendo derrocado ese mismo año, con el objetivo estratégico de facilitar la incorporación del Paraguay en la nueva ola de reformas de tipo neoliberal. La pesada estructura partidaria-estatal de la dictadura era un obstáculo para ello, por lo que se desplazó a esta conducción, por una más abierta a las reformas.
El general Rodríguez aplicó las primeras políticas neoliberales, con dificultades, por la resistencia de poderosos grupos ligados al viejo "Estado clientelar" de la dictadura, que intentaban preservar sus fuentes de acumulación, como los contratos estatales, el comercio ilegal, la evasión fiscal, entre otros. Pero un nuevo empresariado más independiente del Estado, aunque ciertamente más dependiente del capital internacional, fue surgiendo y fortaleciéndose después de 1989, y empujando la agenda de modernización neoliberal, forzando la apertura y desregulación de la economía nacional. Esta tendencia se consolidó en la siguiente elección presidencial, cuando en 1993 es elegido el empresario Juan Carlos Wasmosy, quien terminará de imponer la agenda del Consenso de Washington. El pacto de gobernabilidad de 1993 entre el Partido Colorado y los Partidos de oposición, fue aprovechado por Wasmosy para contrarrestar el poder de los grupos más tradicionales y reacios a las reformas (Richer, 1993). Este pacto apoyado por el PLRA, incluía impulsar la reforma del Estado, fortalecer las instituciones, lograr la independencia de los poderes públicos y reducir la corrupción.
La crisis económica y la decadencia de la última década del gobierno stronista, caracterizada por la falta de crecimiento, la extendida informalidad e ilegalidad, ha llevado a algunos analistas a reivindicar la necesidad de las reformas neoliberales, pues consideran que eran importantes para un país como el Paraguay, dada la alta informalidad en los mercados y la baja institucionalidad del Estado (Borda y Masi, 2008). Señalan que "...estas reformas son válidas de tener en cuenta a la hora de evaluar el comportamiento de las instituciones que permiten un mayor o menor desarrollo de un país".
- REFORMAS DE PRIMERA GENERACIÓN
Las políticas neoliberales asientan sus propuestas en la denominada estabilidad macroeconómica, que incluye un fuerte control de las finanzas públicas y de la política monetaria, como precondiciones para el crecimiento económico que vendrá de la mano de la apertura externa y la liberalización de la economía. Para este efecto, en América Latina se implementaron las recordadas políticas de ajuste estructural, consistentes en la reducción del gasto público y la eliminación de los déficits fiscales, la reorientación del gasto desde políticas universales hacia asistencias focalizadas en ciertos sectores, así como las reformas de los sistemas tributarios, de modo a otorgar incentivos a los inversionistas, compensando la desgravación a este último sector con el ensanchamiento de la base de contribuyentes.
En el Paraguay se aplicaron estas medidas, con mayor éxito por el lado de la reforma tributaria, y con mayores problemas por el lado del presupuesto y el gasto, definidos generalmente en función a los intereses de los partidos políticos tradicionales.
A. APERTURA Y LIBERALIZACIÓN COMERCIAL
B. LIBERALIZACIÓN FINANCIERA Y DEL TIPO DE CAMBIO
C. LIBERALIZACIÓN DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA
D. LAS PRIVATIZACIONES
E. REFORMA FISCAL Y DISCIPLINA PRESUPUESTARIA
- REFORMAS DE SEGUNDA GENERACIÓN
Las Reformas de Segunda Generación toman relevancia en la agenda de los gobiernos de América Latina y de los organismos multilaterales de crédito, a partir de los resultados claramente negativos que emergían en toda la región, luego de la aplicación del recetario del Consenso de Washington. Se la llamó la década perdida a la de los 90 en el continente, por el bajo crecimiento económico, elevados niveles de inflación, además de la permanencia crónica e incluso creciente de la pobreza en la mayoría de los países.
En el Paraguay, algunas de las reformas de segunda generación se dieron paralelamente a las de primera, mientras que otras no fueron implementadas o avanzaron escasamente. El caso paraguayo (...) muestra la necesidad de un paralelismo temporal y político en la implementación de las políticas públicas, ante la insuficiencia de la apertura económica para resolver los problemas de pobreza y desempleo".
A. MARCO REGULATORIO DE LOS MERCADOS
B. REFORMA DEL SERVICIO CIVIL
C. REFORMAS SOCIALES
A MANERA DE CONCLUSIÓN
La implementación del neoliberalismo a partir de la presión de actores externos asociados a grupos locales, ha ratificado el carácter dependiente y subordinado dé nuestra economía, y ha trasladado en mayor medida el centro de gravedad de la toma de decisiones económicas e incluso políticas, a grupos de poder dependientes de los capitales transnacionales.
La pobreza ya existente en el pasado, a partir de 1989 se ha fortalecido, echando profundas raíces en un sistema económico excluyente, que ha profundizado los procesos de marginación y desigualdad a partir de las reformas del Consenso de Washington aplicadas en el país. La brusca apertura comercial implementada ha consolidado la economía de agro exportación, la cual ha reforzado los procesos de concentración de la tierra, los ingresos y la riqueza generada.
La avalancha neoliberal en el Paraguay ha sido similar a la desencadenada en nuestro continente.
Finalmente, es necesario recordar que el Paraguay es un país rico en recursos y posibilidades, con una población mayoritariamente empobrecida, dotado de recursos naturales estratégicos en abundancia como la tierra, el agua, la biodiversidad y la energía eléctrica, lo cual se suma a una baja densidad poblacional, y todo esto en un mundo cada vez más necesitado de alimentos, energía y un medio ambiente más preservado. Ello otorga al país enormes oportunidades para plantear, discutir e impulsar cambios políticos y económicos, que puedan revertir las consecuencias negativas emergentes del neoliberalismo impuesto al país en el último periodo histórico.
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